No sabrás, nunca sabrás lo que es morir mil veces de ansiedad. No podrás, nunca entender lo que es amar y enloquecer. Tus labios que queman, tus besos que embriagan y que torturan mi razón. Sé que me hace arder y que me enciende el pecho de pasión. Estas clavado en mi, te siento en el latir abrasador de mis sienes. Te adoro cuando estas y te amo mucho más cuando estas lejos de mí. Tengo miedo de perderte, de pensar que no he de verte. Por qué esta duda brutal, por qué me habré de sangrar, si en cada beso te siento desmayar. Sin embargo me atormento porque en la sangre te llevo. Y a cada instante, febril y amante, quiero tus labios besar. Qué tendrás en tu mirar que, cuando a mí tus ojos levantás, siento arder en mi interior una voraz llama de amor. Tus labios que queman, tus besos que embriagan y que torturan mi razón. Sé que nunca más podré arrancar del pecho esta pasión Tengo miedo de perderte, de pensar que no he de verte. Por qué esta duda brutal, por qué me habré de sangrar si en cada beso te siento desmayar. Sin embargo me atormento porque en la sangre te llevo. Y a cada instante, febril y amante, quiero tus labios besar. Te quiero siempre así, estás clavado en mi como un puñal en la carne. Y ardiente y pasional, temblando de ansiedad, quiero en tus brazos morir. "Queremos agradecerles por haber venido esta noche porque, de no haber sido por ustedes, hubiéramos estado muy solas aquí arriba. Y quiero que sepan que, en estos veinte años en que todos hemos cambiado tanto y en los cuales todas nuestras utopías se desmoronaron, sigo creyendo que abrir el corazón, la tarea mayor de todo artista, sigue siendo un hecho antiguo y nuevo, simple, milagroso y revolucionario. Gracias.