Una pelícana con su ala partida se echó a volar y se perdió en la tempestad y fue hacia la tierra donde habita el androide ah y esta magra tierra que es siempre la nada o la necesidad no la dejó volver atrás y nadie supuso que amaría que amaría... la calcomanía de todos los días se les quedó y pronto tuvieron un amor y procrearon varias aves androides y en este espacio tan veloz se busca vanamente toda la vida y ya no hay esmeraldas y es que al beber de una piel comprendió que era androide oh miles de tormentas asolaron las comarcas nos quedamos viendo en la ventana aquel amor que fue tan fuerte ave de indochina perdida en la niebla de alta mar ya no te alejes de tu amor aunque ya sepas que él solo es que él solo es un androide ah