Siendo rey Inútil VI en el reino de Cretinia, ocurrió un hecho extraordinario, algo no corriente. Un porquerizo del rey se acostaba con su cerdo, descubiertos los amantes el rey los mandó encerrar. Un día que se aburría fue a visitar al porquero, como rey y como padre le preguntó: - ¿Cómo es mi porquerizo, que te acuestas con un cerdo? Y le contestó el porquero: - Es costumbre de la corte según yo tengo entendido. Pues la reina todos los días hace los mismo. Se puso el rey colorado y el porquerizo fue ahorcado. Enterado el populacho, esto solía decir: - Sabia es su majestad pues tan bien cuida de sus derechos porcinos. Pero el puerco quedó desconsolado. Cuando le iban a ahorcar, dicen que el reo cantaba por lo bajo esta coplilla: - Mala es esta justicia, que por lo que a unos premia, a otros se nos castiga. El puerco no lo superó.