En éste mundo quedan cosas todavía, por las que aún me quedan ganas de escribir, aniversarios con velitas encendidas y melodías que recuerdan a Jobim. La vida pasa y nunca olvidas el aroma del jazmín, la armonía de tu cuerpo que se estira en la llovizna de un Domingo que se hay, en un acorde que descubro en mi guitarra y en los zapatos que pusimos a secar y en esa cámara de fotos que registra cada día que me das. El almanaque una vez más pinta de rojo el carnaval, hay una playa donde nadie nos verá y los masajes en los pies y tu perfume de bebé y despertarme con un buen café. En éste mundo quedan cosas todavía de las que nunca me podría arrepentir, las madrugadas discutiendo como niños, y los proyectos de mudarnos otra vez, la vida pasa y nunca pierdes la costumbre de querer. El almanaque una vez más pinta de rojo el carnaval, hay una playa donde nadie nos verá y los masajes en los pies y tu perfume de bebé y despertarme con un buen café. En éste mundo quedan cosas todavía de las que nunca me podría arrepentir, las madrugadas discutiendo como niños, y los proyectos de mudarnos otra vez, la vida pasa y nunca pierdes la costumbre de querer.