Mar, llegaste hasta la orilla que Dios te señaló. Mar, no puedes abarcar, aunque quisieras, más que yo. Mar, llegaste hasta la orilla que Dios te señaló a quedarte tranquilo, tranquilo y quieto, a pesar de tu grandeza y tu furor. Pero esperas que el viento te acompañe, y entre los dos formar una tormenta; entre los dos hacer mil tempestades, y arrastrar a su paso lo que encuentran. Mar, llegaste hasta la orilla que Dios te señaló. Mar, no puedes abarcar, aunque quisieras, más que yo. Yo, que quiero a fuerza adueñarme de ese amor. Pero siempre mi vida se detiene en la orilla que Dios también a mí me señaló. Pero esperas que el viento te acompañe, y entre los dos formar una tormenta; entre los dos hacer mil tempestades, y arrastrar a su paso lo que encuentran. Mar, llegaste hasta la orilla que Dios te señaló. Mar, no puedes abarcar, aunque quisieras, más que yo. Yo, que quiero a fuerza adueñarme de ese amor. Pero siempre mi vida se detiene en la orilla que Dios también a mí me señaló.