Que el letrista no se olvide de los versos de Gamero, de beber alguna copa reventada a su salud; que el letrista no se olvide de comprarse cigarrillos y pitarle un par de versos del glorioso Guruyú. Que el letrista no se olvide del aumento del boleto, de agarrar la ventanilla y vivir la realidad. Que el letrista no se olvide de la hinchada del Basañez, esa que los periodistas titulan parcialidad. Que el letrista no se olvide de las barras trasnochadas que recorren madrugadas tapizando la ciudad; que el letrista no se olvide de los mil pegatineros que han pasado más de una en alguna seccional. Que el letrista no se olvide de los lunes de mañana cuando el verdadero guapo se levanta sin chistar; que el letrista no se olvide de los hombres de corbata que quisieron ser murgistas y no fueron a ensayar. Que el letrista no se olvide de las madres del Pereyra, que recuerde las tristezas de los locos del Millán. Que el letrista no se olvide de los versos de Gagliardi, de los bailes de la IASA y el estilo de Roldán. Que el letrista no se olvide de jugarle a las tres cifras para ver si se endereza y se puede dedicar a escribir versos de murga frente a un plato de buseca y mandarse alguna letra en honor al carnaval. Que el letrista no se olvide de los cuzcos marca perro, de los gritos de la feria y del Parque Durandeau; que el letrista no se olvide de la heroica minifalda, del piropo que cosecha trepadita en el cordón. Que el letrista no se olvide en el quinto día del año de ponerle pasto y agua al camello de Melchor; que el letrista no se olvide de los líos de la Extra, de las noches de la Vasca, de los tangos de Clarín; de la marcha de la vuelta, de la voz del Pepe Guerra pica, pica envenenada cuando agarra el adoquín. No te olvides de cantarle a los cracks que no llegaron, dedicarle alguna estrofa al borracho y su amistad, y no vayas a olvidarte que en lugar de tanto verso cuantas veces el silencio es la voz de la verdad. Que el letrista no se olvide de arrimarse al veterano, de escuchar la rebeldía de negarse a obedecer; que no quede en el tintero, que no quede en el tintero, que no quede en el tintero lo que falta por hacer, que no quede en el tintero lo que resta por hacer.