Mi vida, no hay derecho a salir con miedo a la calle. La ciudad se desangra y parece que no había nadie cuando partieron un alma contra la acera, cuando surcaron el aire gaviotas muertas. Tratan de convencernos de que aquí no pasa nada. Mientras la ciudad muere, hay quién ya clama venganza. Se empeñaron en matarnos la ideología y, no contentos, ahora mandan sus perros de cacería. Mi vida, no hay derecho a salir con miedo a la calle. Dentro de poco toque de queda y refugios que arden. Respondamos antes de que se haga tarde, o quizás un día despiertes y no haya nadie. A quien mirar a los ojos para contarle que no hay derecho a salir, mi vida, que no hay derecho a salir con miedo a la calle. Que no hay derecho a salir, mi vida, que no hay derecho a salir con miedo a la calle, con miedo a la calle, con miedo a la calle.