Soy soldado revolucionario, soy de aquellos de caballería y si muere mi cuaco en combate pos me paso pa' la infantería. Con mis cuatro cananas terciadas bien repletas de balas sedientas cuando estamos en pleno combate le doy gusto a mi buen treinta-treinta. Si me toca morir en las filas pos pa' que he de fijarme en la vida, mis haberes yo siempre los gasto con alguna de mis consentidas. ¡Ay, chaparra! si ves que me matan tú te sigues en los cocolazos, no más no hagas mi tumba muy honda pa' que yo siga oyendo balazos. Ya se escucha sonar la metralla, ya el clarín toca fuego graneado, ahora o nunca, muchachos arriba, a acabar a estos hijos del diablo. Ya con esta me voy despidiendo, ya me voy de revolucionario, si Dios quiere que vuelva, pos vuelvo si no, rezan por mí un novenario.