Perdiste el musgo, el girasol, la red perdiste el trigo, el agua y el solar perdiste la luz que subía del sur perdiste al marchar la ruta del mar. Perdí el madero, el fuego, el pedernal perdí la soga, el clavo, el eslabón perdí la cuenta de los días y perdí la noción de tu corazón. Cómo te atreviste a cortar los nudos con que la existencia nos ató desnudos. Dímelo tú. Perdí tu pecho, tu ritual, tu voz perdiste mi confusa realidad. Y así nos fuimos de nosotros dos saltando el umbral de la eternidad. Perdí el madero, el fuego, el pedernal perdí la soga, el clavo, el eslabón perdí la cuenta de los días y perdí la noción de tu corazón.