Llegó el adiós. Se hundió el bote en el mar, y se fue todo en un mirar. Aprender a olvidar. No se ve igual, mundan*l, desde aquí. ¡Es tan pequeño y tan fugaz...! y aun así, es llorar. Y allá en la ciudad donde ayer era uno más, oirás en un lugar algo que te recuerde quién fui. Y en ese lugar, si alguien bebe, alguien soñará, y un borracho dirá a nadie que existí. El recordar lo más grande es fatal: estaba hecho con tu voz y un pedazo de mí. No me escondí, no tapé mi perfil; jamás yo quise abandonar… aprender a escuchar. Y allá en la ciudad, donde ayer era uno más, se oirá en un sucio bar algo que te recuerde quién fui. Y allá en aquel bar, donde beben y sueñan, un borracho dirá a nadie que existí..., que viví.