Siglo veintiuno sin Discepolín, el alma en ayuno cuelga de un piolín, Siglo veintiuno, mundos que busque, no quedó ninguno, la ilusión ... ya fue. Ya fue el orgullo, ya fue la decencia, como la inocencia de querer jugar tan solo por la camiseta. Ya fue volar detrás de la esperanza, ya fue la confianza y nada vale más que al jefe le cierren las cuentas. Como una flor que pierde su fragancia, si no da ganancia lo que yo soñé no existe, no sirve, ya fue. Siglo veintiuno sin Discepolín, no hay remedio alguno en tu botiquín. Siglo veintiuno, la amistad, la fe ya se hicieron humo, la verdad... ya fue. Ya fue la mano dada con franqueza, ya fue la pureza de saber mirar de frente y la vista bien alta. Ya fue la danza oyendo la armonía, ya fue la utopía de ir a conquistar la risa que a todos nos falta. El diablo arriba y el más generoso al fondo del pozo y lo que yo soñé no existe, no sirve, ya fue. Siglo veintiuno sin Discepolín, en qué tiempo oscuro nos toco vivir. siglo veintiuno, shopping y t.v., dólar y consumo, lo demás ya fue.