Yo soy aquel cacatúa, que sueña tu pinta, Carlitos Gardel, mientras se lleva la grúa mi sueño de tinta, borrón y papel. Y vos doblando la esquina sos como esas minas que hacían temblar a los guapos y a los giles y a los adoquines del viejo arrabal. Aunque nos tapen las luces del día con mil carteles vendiendo en inglés, mi Buenos Aires será todavía ciudad de tango en la sangre y los pies. Aunque el orgullo rodó por el fango y al más tilingo lo aclamen campeón, respirará esta ciudad aire de tango aunque le dejen un solo pulmón. Yo soy quien pasa silbando con bronca y junando para ese costao donde hay un gil practicando la cara de Rambo y un paso de Rap. Y vos doblando la esquina sos más argentina que Fangio y Perón por más que pases vestida de jean o teñida de cualquier color. Aunque nos tapen las luces del día con mil carteles vendiendo en inglés, mi Buenos Aires será todavía ciudad de tango en la sangre y los pies. Aunque el orgullo rodó por el fango y al más tilingo lo aclamen campeón, respirará esta ciudad aire de tango aunque le dejen un solo pulmón. ... Y para siempre será ciudad de tango y hasta en el viento escucharás un bandoneón.