Un día vi un hombre caminando por la luna, muchas veces vi figuras increíbles desde la televisión. Y no me impresione con sus efectos especiales, sus naves espaciales, su bandera tricolor. Un día vi la mística oriental de las tortugas, muchas veces vi basura entre humo, rayo láser y explosión. Y no me emocioné con sus efectos especiales, sus templos desarmables, sus mensajes de cartón. Pero un día vi a mi abuelo venir con un regalo, me había armado un carro de madera, sin motor. Con un montón de afectos especiales, como tracción, lo que aguantara el viejo corazón. Deje marcada la vereda con los cuatro rulemanes y marcada la niñez con lo que nunca se borro. Con un montón de afectos especiales. Un día vi a Rambo ganar solo la batalla, a través de la pantalla vi marcianos caminando por New York. Y no me impresione con sus efectos especiales, sus armas implacables, el valor de su misión. Pero un día vi a mi madre lavando mi camisa, mezclada su sonrisa entre la tabla y el jabón. Con un montón de afectos especiales, con la misión de ver de punta en blanco a este varón para que digan las vecinas, qué bien viste cuando sale, para que diga mi memoria que me madre me vistió con un montón de afectos especiales. Un día vi un hombre caminando por la luna pero nunca vi ninguna luna mas hermosa que la que pinto mi hija y su pincel y sus afectos especiales, sus trazos esenciales para que me pinte yo. Con un montón de afectos especiales, con un montón de afectos especiales para vos, voy por el aire iluminado sin controles y sin cables, voy echando chispas cada día y en cada canción con un montón de afectos especiales.