Evaristo Carriego - A Juan Más y Pi lyrics

Published

0 247 0

Evaristo Carriego - A Juan Más y Pi lyrics

En la gran copa negra de la sombra que avanza quiero probar del vino propicio a la añoranza. Quiero beber del vino que bebiéramos juntos, y estos ratos, de aquéllos, serán nobles trasuntos. (No sé por qué esta hora, sombría y silenciaria, me ha invadido el cerebro de fiebre visionaria.) En la acera de enfrente, su clara risa suena una muchacha alegre como una Nochebuena. El arrabal, desierto, conmueve un organillo, y bailan las marquesas del sucio conventillo; y vienen las memorias, conturbadas e inciertas como un vago regreso de ensoñaciones muertas... ...He leído tu libro. Un saludo levanta la voz del entusiasmo, que perdura y que canta; la voz alentadora de buenas expansiones en las largas teorías de nuestras comuniones. Aquel señor tan loco... — Único hijo de Dios, y Unico Caballero — nos hermanó a los dos. (Y eso que tu quisiste, no sé por qué crüel sospecha inconfesable, serle una vez infiel... Mas, ya estás perdonado. Pero en verdad te digo que en otra no te escapas sin sufrir tu castigo...) En la calma severa de las meditaciones: dolor de tus constantes inquietas obsesiones, ideando el derrotero de los rumbos plausibles se enfermó tu cabeza de ensueños imposibles... Te veo como äntes, duro en el Bien y el Mal, pictórico de un ansia de vida ascensional. De tus actuales fórmulas hiciste las amadas que en la expansión te ofrendan bellezas flageladas. Has volcado el consuelo de tu mejor augurio en el vaso de angustias: el cáliz del tugurio. Amas el bello gesto que en las horas aciagas tiene orgullo de púrpura para cubrir las llagas. Te obseda el clamoreo de enormes muchedumbres que van, con su Epopeya de siglos, a las cumbres... — Compañero: seamos en nuestra Misa diaria tentación, sermón, hostia: todo menos plegaria. Cantemos en las liras de los credos tonantes la canción nunciadora de mañanas radiantes. La vida es Dolor siempre, así cambie de nombre: es Dolor hecho carne y es Dolor hecho Hombre. Libertémosla, entonces, de los contagios viles que, en la sangre, empobrecen los glóbulos viriles. ¡En marcha al País nuevo de las brumas ausentes, que un día vislumbraron los geniales videntes! Derrotando el Silencio pregona la conquista el salmo combativo de un fuerte Verbo artista... Pongamos en lo höndo de las frases más sacras besos consoladores que suavicen las lacras. En procesión inmensa va el macilento enjambre: mordidas las entrañas por los lobos del hambre. Lo custodia el Misterio, y lleva en sus arterias inoculado un virus de sórdidas miserias; no hay que temer la lepra que roë los abyectos: quizá es peor la higiene de los limpios perfectos. Efigien su nobleza también los infelices: ¡Blasón de los harapos, lis de las cicatrices! Lidiemos en la justa de todos los rencores- insignias de los bravos modernos luchadores! Para esperarte, amigo, después de la contienda, aunque sea en el yermo yo plantaré mi tienda. Te envío, pues, mis versos, mis versos torturados, como flores amargas de jardines violados... ¡Y sean mis estrofas los heraldos cordiales de una lírica tropa de poemas triunfales!