La noche se cuela en mí y con los colegas, en un parque de Madrid, alcohol en vena. Nada me puede parar, nada me controla y ya no puedo pensar, es la hora. La sala está llena de gente, la música está en todas partes. Yo bailaré hasta que reviente, hasta el amanecer sin control. Que me deslumbre el sol aquí en Madrid, bailando aunque nos echen del local. Si queda gas, mañana más, no se me ocurre qué puede ir mal. Y hasta que la farola brille, dormir la resaca; y al despertar y preguntar, no recordar, pero igual se repite. No sé a qué hora volveré, no esperes despierta, porque en lo de trasnochar soy experta. No busco nada especial, sólo divertirme pero si quieres jugar, estoy libre. La sala está llena... Que me deslumbre el sol… Voy a borrar de mi cualquier problema, ahora no tiene sentido tenerlos. La intuición me dice que la noche es buena así, que vamos a por ello. Frío o calor, haga viento o tormenta, sea vodka o sea ron, verano o invierno, no pararemos hasta que amanezca, porque somos madrileños. Y hoy, que me deslumbre el sol…