Aparte del incendio algo nos mantenía allí Tal vez era el silencio entonces roto por las mil Sirenas, antirrobos, alarmas, que al sonar Aparte del incendio algo nos mantenía allí Tal vez era el silencio entonces roto por las mil Sirenas, antirrobos, alarmas, que al sonar Formaban el acorde que define a esta ciudad Era como un festival inesperado en la noche estival El papel incandescente caía como lluvia sideral Una carta ardiendo aún me cayó Muy cerca entonces tú Tú, precisamente tú La apagaste de repente Me dijiste algo insolente Y volviste a desaparecer Me condenan por asalto, me condenan por robar La condena es un anhelo que no puedo precisar Me atrapa, me consume, me nubla la razón A mí, que saqué notable en arte y manipulación Esa noche el resplandor borró la luz del día y su terror Los muchachos se embravaban Las chicas parecían estar en flor Oí la música sonar y acepté la única invitación Tú, precisamente tú Con tus modos indolentes Me escribiste tu nombre en la frente Y volviste a desaparecer Los rascacielos arden, todo debería arder Te gusta echar de menos pero no sabes querer Te empeñas en atarme y luego echas a correr Si el monstruo te da miedo ¿por qué le das de comer? El diablo se lamenta y dice ¿pero cuál es mi función? ¡el de arriba es ya tan torpe Que no hay manera de hacerlo peor! Mientras pincha un lexatín Con la punta de su tenedor Tú, precisamente tú En tu caos, tan diligente La maldad suele ser inconsciente Y vestirse de fatalidad Tú, precisamente tú Con tu amor intermitente Del pasado saltas al presente Y de nuevo, a desaparecer