Buenos Aires se despierta cuando todav?a no sale el sol y la ma?ana es el verdugo de mis horas de brillante pasi?n. Bajo las ruedas de esa bestia, el caballito de hierro muri?, se retorc?a en el asfalto con mi coraz?n. Transitando un para?so de amor o un infierno de locura, y yo sabiendo los riesgos, insisto a jugar que vos formas parte de mi Ning?n ratero principiante te arranc? de mi lado, y mi princesa me hizo pr?ncipe montado entre elegante andar, y a la distancia hoy siento miedo por aquello que amo as?, como eso de no encari?arse para no sufrir