Me galopan en la sangre dos abuelos, si señor. Uno lleno de silencios y el otro, medio cantor. Hace tiempo, mucho tiempo que el indio ya se alejó, con su lanza y su alarido, su tobiano y su tambor. El gaucho salió a buscarlo por esos campos de Dios. Se lo habrá traga'o la tierra, porque tampoco volvió. Volvió pero hecho leyenda hecho canto y tradición. Para que el hombre argentino no pierda su condición. Me galopan en la sangre dos abuelos, si señor. Uno lleno de silencios, y el otro medio cantor.