Te estoy escuchando con toda la atención de la que soy capaz, tú te das cuenta y hace ya un buen rato que hablas sin parar. Veo mover tus labios, te miro a los ojos, es agotador el esfuerzo de estar atento. Apenas si respiro, por miedo a parecer distraído. Veo mover tus ojos, te miro a los labios, asiento con la cabeza cuando hace falta. Y ya ves, a fuerza de pensar en no desatender, he ido olvidando todo lo que has dicho. Y si aún quiero tener una oportunidad, más vale que se me ocurra ya lo que te tengo que decir. Vas enumerando una lista en contra y otra a favor, yo sigo intentando catalogar tanta información. Pero me despisto y me falta paciencia. Y sé que había una excusa, y no recuerdo cuál es. Y a fuerza de pensar en no desatender, he ido olvidando todo lo que has dicho. Y si aún quiero tener una oportunidad, más vale que se me ocurra ya lo que te tengo que decir, que se me ocurra ya lo que te tengo que decir.