Postrada ante un altar entre rezos sollozas deseando mi bienestar enciendes una vela más rogando que en dónde esté nada, nada me suceda Pides a Dios me cuide, pides a Dios me guíe pides a Dios me cuide, pides a Dios me guíe Fui lo contrario de lo que deseaste cuando nací nunca pensaste todo lo que ibas a sufrir en la infancia no hubo queja de mí pero crecí, todo cambió y tu sueño se derrumbó. Tu opinabas que en mis manos la muerte tenía no pude darte gusto nunca aunque lo intenté si pudiera cambiarlo todo, lo haría nadie aprecia lo que tiene hasta que lo pierde no aprecias lo que tienes hasta que lo pierdes. Perdóname, por las noches sin descanso perdóname, por las lágrimas de dolor te lo quisiera decir junto con un abrazo muy fuerte pero es imposible pues mi cuerpo en la morgue yace inerte. Tu decías blanco, yo decía negro rebelde hasta el tope siempre discutí por lo que creí correcto no había entre nosotros comunicación defendías tus razones igual que lo hacía yo Tú que sabes te gritaba hasta el cansancio no comprendes mi forma de pensar sin el alcohol y los amigos nada vale recuérdalo bien, así me enseñó papá. La estupidez y necedad nos impiden hacer lo correcto el metal frío atravesando tu espalda hace que entiendas lo que no pudo una palabra Oh, oh, oh, oh. Perdóname, perdóname Tu opinabas que en mis manos la muerte tenía no pude darte gusto nunca antes lo intenté si pudiera cambiarlo todo, lo haría nadie aprecia lo que tiene hasta que lo pierde no aprecias lo que tienes hasta que lo pierdes. Perdóname, perdóname Ahora que de viaje me he marchado y seguro estoy de no regresar en plegaria me recuerda la única que no me olvidará