Venían del desierto,
De los cerros y del mar,
El corazón se desató
Y largó a caminar.
Sabían de la muerte,
Lo duro que es el pan.
Venían del desierto,
De los cerros y del mar.
El camarada les habló
De nuestra humanidad,
La historia de la mina,
Del campo y la ciudad.
Vibró en el alma
Tanta humillación
Y toda aquella multitud
Comprendió la hermandad.
Volvieron al trabajo,
Minero y pescador,
Cantando la esperanza,
Labrando la unión,
Con cañas y tambores
Y flautas de metal,
Sembrando las semillas
Que todos gozarán.