Un joven compra una vela
y fue a visitar la novia,
y se le ocurrió esa noche
ponerla en la palmatoria.
Dio las dos, dio las cuatro el reloj,
ya la diuca empezaba a cantar,
y el joven de la palmatoria
la vela no podía sacar.
Dando vueltas por la pieza
la palmatoria buscaba,
volteando sillas y mesas
con la velita agarrada.
Se estrelló con un pilar
se dijo estoy en la gloria,
aquí pongo yo la vela
no importa la palmatoria.