Macarra de ceñido pantalón, pandillero tatuado y suburbial
hijo de la derrota y del alcohol, sobrino del dolor
primo-hermano de la necesidad.
Tuviste por escuela una prisión, por maestra una mesa de billar,
te lo montaste guapo y de matón, de golfo y de ladrón
y de darle al canuto cantidad.
Aun no tienes años "pa' votá" y ya pasas del rollo de vivir,
chorizo y delincuente habitual contra la propiedad
de los que no te dejan elegir.
Si al lado del oscuro callejón un buga a ti te come la moral
a punta de navaja y empujón el coche vacilón
va cambiando de dueño y de lugar.
Que no se mueva nadie has "ordenao"
y van ya quince atracos en un mes.
Tu vieja apura el vino que has "mercao" y nuca ha "preguntao"
de donde sale todo este parné.
La pasma va pisándote el talón, hay bronca por donde quiera que vas
las chavalas del barrio sueñan con robarte el corazón
si el sábado la llevas a bailar.
Una noche que andabas "desarmao" la muerte en una esquina te esperó
te pegaron seis tiros "descaraos" y luego "desangrao"
te ingresaron en el Piramidón.
Pero antes de palmarla se te oyó decir "¡que demasiao!,
de esta me sacan en televisión".