Rasgando las horas
Ahogados de luz
Cansados de mil palabras.
Promesas vanas,
Promesas más dulces que la madrugada.
Persianas bajas que espían sin ver
Con ojos dulces de estrellas.
Rodillas moradas de arrastrar los pies
Y dormir en las veredas.
No hay nada más que hablar
Nada más, solo, sin fe.
Sin más que creer
Ciegos de tanto volver.
Desechos de sueños dormidos de pie
Reptando a la brisa del día.
La espuma de noches sin amanecer
Asfixiando en cada esquina.
Rasgando las horas ahogados de luz
Cansados de mil palabras.
Promesas vanas,
Promesas más dulces que la madrugada
No hay nada más que hablar
Nada más,
Solo, sin fe, sin más que creer
Ciegos de tanto volver.
¡Dejame saber qué lejos estas!
¡Dejame sentir fuera de lugar un sábado,
Nada más!
¿Qué puedo perder?
¿Qué puedo ganar?
¿Qué puedo decir?
¿Qué puedo callar?
En sábados,
Que hacen llorar