En tiempo de Jesucristo
echaban a los leones,
a todos los que escuchaban
sus prédicas y sermones,
había mucha pobreza,
epidemias por montones,
generales chupamedias
y senadores jaibones,
había cristianos flacos
y emperadores guatones.
Existían los milagros,
la gente se conformaba,
doblaban el espinazo,
trabajaban, trabajaban,
en otro sector, distinto,
las bostas privilegiadas
se desmugraban en leche
engordaban, engordaban,
como chanchas p'a la fiesta,
bien cebadas, bien cebadas.
Si usted mira bien las cosas
que estábamos conversando,
después de bastantes siglos,
recién se están arreglando,
de a poco a poco, mi amigo,
nos vamos equilibrando,
las villas disminuyendo,
las fábricas aumentando,
si usted se fija, en las calles,
hay menos pobreza andando.
En nuestro tiempo es distinto,
distinto como usted ve,
el emperador se ha ido
por el hoyo del W.C.
y aunque a veces nos ensucia
la pantalla de T.V.
el circo de los guatones
p'a United States se fue,
ya nadie se baña en leche,
se aprovecha en la niñez.
Si no existieran pelados,
que viven despotricando,
ni periodistas, vendidos,
que cobran por engañarnos,
no habría cauros piluchos,
por las noches tiritando,
ni gente en los paraderos
esperando y esperando,
iría mucho más rápido
este proceso de cambios.
Cantando mucho se aprende
de la historia verdadera,
y bailando se enriquece
la musculatura entera,
a bailar polka, chiquillos,
que es bueno p'al corazón,
que mueran los tontos graves,
el sub gerente gruñón,
y los pulpos que se comen
las sobras del tiburón.