En tiempo de Jesucristo echaban a los leones, a todos los que escuchaban sus prédicas y sermones, había mucha pobreza, epidemias por montones, generales chupamedias y senadores jaibones, había cristianos flacos y emperadores guatones. Existían los milagros, la gente se conformaba, doblaban el espinazo, trabajaban, trabajaban, en otro sector, distinto, las bostas privilegiadas se desmugraban en leche engordaban, engordaban, como chanchas p'a la fiesta, bien cebadas, bien cebadas. Si usted mira bien las cosas que estábamos conversando, después de bastantes siglos, recién se están arreglando, de a poco a poco, mi amigo, nos vamos equilibrando, las villas disminuyendo, las fábricas aumentando, si usted se fija, en las calles, hay menos pobreza andando.
En nuestro tiempo es distinto, distinto como usted ve, el emperador se ha ido por el hoyo del W.C. y aunque a veces nos ensucia la pantalla de T.V. el circo de los guatones p'a United States se fue, ya nadie se baña en leche, se aprovecha en la niñez. Si no existieran pelados, que viven despotricando, ni periodistas, vendidos, que cobran por engañarnos, no habría cauros piluchos, por las noches tiritando, ni gente en los paraderos esperando y esperando, iría mucho más rápido este proceso de cambios. Cantando mucho se aprende de la historia verdadera, y bailando se enriquece la musculatura entera, a bailar polka, chiquillos, que es bueno p'al corazón, que mueran los tontos graves, el sub gerente gruñón, y los pulpos que se comen las sobras del tiburón.