Becho toca el violín en la orquesta,
cara de chiquilín sin maestra,
y la orquesta no sirve, no tiene,
más que un solo violín que le duele.
Porque a Becho le duelen violines,
que son como su amor, chiquilines
Becho quiere un violín que sea hombre,
que al dolor y al amor no los nombren.
Becho tiene un violín que no ama,
pero siente que el violín lo llama,
por las noches, como arrepentido,
vuelve a amar ese triste sonido.
Mariposa, marrón, de madera
niño, violín, que se desespera,
cuando Becho lo toca y se calma
queda el violín sonando en su alma.
Becho toca el violín en la orquesta,
cara de chiquilín sin maestra,
y la orquesta no sirve, no tiene,
más que un solo violín que le duele.
Vida y muerte, violín, padre y madre
canta el violín y Becho es el aire,
ya no puede tocar, en la orquesta,
porque amar y cantar eso cuesta.