En el tiempo de la polka, romántica y olvidada,
las abuelas, siendo niñas, su mejor tiempo pasaban.
Invitaban sus galanes, se amarraban el corsé,
la cintura como avispa lo demás como usté ve.
/El corsé, el corsé,
el corsé, el corsé/ bis.
Romántico siglo, aquel, de la polka y la mazurca,
mucho con la mistela, mucho con el anisao,
con el pollerón de seda, y el enguindao.
Mucho con el polizón, con la fiesta de guardar,
con la bota de charol, y el solimán.
En el tiempo de la polka, romántica y olvidada,
las abuelas, siendo niñas, su mejor tiempo pasaban.
Invitaban sus galanes, se amarraban el corsé,
la cintura como avispa lo demás como usté ve.
/El corsé, el corsé,
el corsé, el corsé/ bis.
Dicen que, en aquel tiempo, la gente era mucho más ordená p'a bailar que ahora. Cuentan que bailaban en cuadrillas y que un fulano se subía arriba de cualquier cuestión y dirigía la cosa con corneta.
Dicen que las niñas no podían ir solas al baile pero que nunca faltaba la tía, solterona, de acompaña. Los jóvenes bailaban su mazurca y las tías miraban, por si acaso no más ¿cierto? por si acaso.
En el tiempo de la polka, romántica y olvidada,
las abuelas, siendo niñas, su mejor tiempo pasaban.
Invitaban sus galanes, se amarraban el corsé,
la cintura como avispa lo demás como usté ve.
/El corsé, el corsé,
el corsé, el corsé/ bis.
Dicen que mi agüelo conoció a mi agüela en una fiesta de esas,
con piano, mazurca y polka, que pololearon seis años y al sétimo jué la boda. De allí nació mi amá, de mi amá nací yo, de mí nacieron mis hijos, y la polka se acabó.