Rodando voy hacia el sure,
porque un amigo me llama,
y cuando un amigo clama
es güeno que uno se apure.
Un amigo es p'a quererlo
y hay que saber demostrarlo
porque hay que saber cuidarlo
del rigor de los Inviernos.
No es amigo el que no corre
cuando otro amigo lo llama,
ni es hombre el que no reclama
que sus pecados se borren.
El Chileno es roto noble
y sabe querer de veras,
por eso tiene fronteras
en el alma y no en el hombre.
Con su mano generosa,
ese amigo gana el cielo,
y no importan los desvelos,
si p'a su bien es la cosa.
Yo soy roto muy viajao
y conozco a mucha gente,
sin embargo, mis parientes,
mis amigos son contaos.
Porque, en la cancha, los gallos
es donde muestran la estaca,
y mi amigo se destaca
por ser gallo entre los gallos.
Tiende la mano con juerza,
y abraza de corazón,
y llora con emoción
pero de pura pureza.
Tiene la juerza de un toro,
y arrestos de potro arisco,
y si no hay caso, a mordiscos
sale de cualquier atoro.
En la vida de cada uno,
hay un amigo como este,
y hay que buscarlo, aunque cueste
porque de saber presumo.
Quien lo halle se habrá encontrao
tesoro que no se acaba,
porque la amistá es sagrada
p'al que, con limpieza, ha dao.
Tengo un amigo en el sur,
gitano de piel y sangre,
ambos hemos pasao hambre
y arriesgado algún albur.
Sin embargo, triunfadores
nos damos un gran abrazo
y, aunque distinto es el caso,
cada vez somos mejores.
Gitanos puede haber muchos,
pero como este que sé,
hay uno, no hay dos un tres,
porque ya serían muchos.
A los amigos presentes,
que han entendido mi canto
dividamos los quebrantos
en dos partes simplemente.
Par'eso tengo un amigo,
en esta tierra Chilena,
donde la sangre, en las venas,
es un caudaloso río.
To'vía yo ando cantando,
por estas tierras sureñas,
desde el tiempo de las Peñas,
mis versos improvisando.
Tengo un amigo en el sure
y cuando mi amigo llama,
si mi presencia reclama
es muy güeno que me apure.