Tu nombre.
Mil veces me han preguntado por tu nombre.
Este nombre que parece sacado de un cuento
de selva, verde y virgen, en los confines del mundo,
más allá, todavía del Sur y el horizonte.
Tu nombre.
Mil veces me han preguntado por tu nombre.
Estas tres sílabas, toscas,
que tomé de una piedra de río, sin pulir,
para correr, por el mundo,
contando de mi pueblo y de sus hombres.
Tu nombre.
Han querido comprármelo,
para venderlo, por ahí,
como si fuera fácil
despojarme, de él, por tres monedas.
Tu nombre.
Difícil de entender sin conocer el maqui,
sin saber del copihue,
o la raza Mapuche, dueña de estos dominios
llamados "La Frontera".
Tu nombre.
Lo llevo, por el mundo, y lo canto con alma.
Tal vez me tocó, porque el destino,
ir a clavar mi lanza,
mi bandera y mi lanza, después de tantos siglos,
en el viejo corazón de aquella España.
Qué fácil es hablar, de estas cosas, en mi Patria,
pero qué duro resulta, a veces,
hacerlo en otras tierras.
Sin embargo no he cejado en mi empeño
y te llevo, Temuco, entre nostalgia y pena.
Quiero, entonces,
ser digno del nombre de mi pueblo.
De su Araucano son. De su beso de lluvia.
/En mi pueblo encontré a mi compañera.
En mi pueblo nacieron mis primeros hijos.
En mi pueblo, mi madre se quedó dormida.
Y de mi pueblo soy, mientras me quede vida/ bis.