Yo no sé querer de otra manera, por eso le traje esta flor
hoy que es el día de los novios y el tiempo del buen amor.
A veces me han echao tallas porque estoy enamorao,
porque me pongo nervioso cuando pasa por mi lao.
Porque le daría un beso, si usté me lo permitiera,
y me casaría al tiro si usté casarse quisiera.
Una vez toqué su mano y nunca lo olvidaré,
le dije... ya ni me acuerdo, 'taba tan bonita usté.
Yo la quiero a usté como aman los hombres sencillos de mi tierra,
sin intenciones torcías porque yo quiero a la güena.
No sé querer de otro modo, quisiera usté ser mi prienda?
póngase esta flor al pelo y encarámese en mi yegua.
Le voy a mostrar el río que está como a media legua
y a un ternerito nacío de mi vaca blanquinegra.
Hoy me siento muy contento, es por eso que me atrevo
a ofrecerle lo que soy y a decirle que la quiero.
hace un par de años que miro sus ojos limpios y buenos
cuando paso y me imagino que usté tamién 'ta queriendo.
Si esta flor que hoy día le traigo usté la pone en su pelo
quiere decir que me acepta y que quiere lo que quiero.
Si lo hace, donde su agüelo, me voy corriendo en mi yegua
y la pido para siempre y el Domingo usté me espera.
No soy rico ni patrón, apenas soy lo que vé,
pero tengo el corazón llenito de amor p'a usté.
La niña tomo, en sus manos, la flor que el mozo ofrecía
y se la prendió en el pelo así como distaraía.
La yegua caracoleó, se dio media vuelta en ocho,
y apenas la polvaera quedó de animal y mozo.
En una modesta casa ,de inquilino de mi Patria,
dos hombres se dan la mano, se felicitan y abrazan.
Nunca se vió, en esos laos, una novia tan bonita
ni novio más encachao con su manta nuevecita.
Así se quiere en mi tierra, por eso al hombre del campo
le dedico, con orgullo, estos versos y este canto.
Ojalá que nunca pierda la inocencia y el respeto
por su prienda, por sus hijos, por sus agüelos y nietos.
Brindo por los novios de hoy, por la novia, y si me dejan
por la flor que ayer sirvió p'a juntar a esta pareja.