Cuando muere un cantor, en donde sea, la pena, que es cantora, también llora y en algún encordado, de guitarra, con tristeza se destempla la bordona. Cuando muere un cantor, todas las aves, colegas de este oficio venturoso, amordazan sus trinos, por decreto, a manera de rendirle su responso. Dónde irán los cantores cuando mueren, si es que mueren, del todo, dónde irán, se me ocurre pensar que el hombre muere el cantor vive, por siempre, en el cantar. Recitado.
El territorio del canto es infinito, sublime, soñador y musiquero, quien pueda caminar su geografía sabrá por qué el cantor nace del pueblo. Y cuando llega la hora del silencio porque la voz se duerme, enamorada, el cantar busca refugio en las estrellas y el alma del cantor en las guitarras. Dónde irán los cantores cuando mueren, si es que mueren, del todo, dónde irán, se me ocurre pensar que el hombre muere el cantor vive, por siempre, en el cantar.