Las luces, de neón, muy pálidas, la ciudad sucia, y yo camino solo. Pienso: es divertido ver un amanecer, después de todo. Doy una pitada al cigarrillo y me detengo ante un tarro de basura. La ra ra ra rai rai ra etc. Buenas noches, le digo, hay un silencio. Buenas noches, repito, entonces pienso que quizá traigo torcida la corbata y he impresionado mal a mi amigo de lata. Me río. Corrijo, presuroso, aquel detalle y con la mejor de mis trasnochadas sonrisas repito: Buenas noches. Entonces, sacándose la tapa, supongo que a guisa de sombrero, el tarro me contesta, cortésmente, Buenas noches, amigo, caballero. La ra ra ra rai rai ra etc. ¡Qué raro! (me parece haber oído esa voz en otra parte). ¿Qué le parece la mañana? Me parece muy bien. ¡Caramba! ya sé donde. ¿Mucho trabajo? Normal. (No hay duda, es mi voz) Y ¿qué opina de las telenovelas? Bueno…que son unos…audaces. ¿Y de los programas de Radio? Peor. Perdón…¿puedo mirar adentro? ¿Adentro de qué? Adentro suyo. Y ¿por qué no? Claro, qué otra cosa, allí adentro, borracho, estoy sentado yo. Si pateo el tarro me doy una patada. ¿La merezco? Yo creo que es muy poco. (Un tarro de basura) No habrá nada mejor. pues. Y después nos quejamos, de la suerte o qué sé yo. ¿Quién me metió allí dentro? ¡Carajo! Tuve que rogar, en la oficina para que me dieran el trabajo. ¿Y la pensión? Me dan de comer cuando ellos quieren y ni el Domingo, siquiera, puedo dormirlo de un tirón. Y pagar, y pagar. ¿Y con qué plata? pregunto a los que cobran. ¿Pueden pagarse las deudas vegetando? ¿Puede cogerse la plata de un árbol, o sembrar un billete y cosecharlo? De Lunes a Viernes, ocho horas, dándole a la calculadora. ¿Cuánto me cuesta un combinado? Diez pesos. ¿Con cuantos me emborracho? Con seis. Claro…es más fácil pagar seis combinados que comprar un castillo de papel. Estoy lleno de números y todo. De sonrisas, de apretones de mano. De despedir a aquellos inocentes que se van trasladados a otro tarro. De besar a la niña del archivo, de acostarme con la secretaria. De mirar como se amontonan en la micro y de ver como humedecen las murallas. Es loco liberarse por un rato. Borracho, claro, estoy borracho, y si no me emborracho ¿qué es lo que hago? ¿Me voy a mi pieza a leer una novela mientras otros dibujan en un tango? ¿Me busco una mujer que me acompañe y la lleno de canas en cinco años? ¿O me pego un tiro y a la cresta mando todo este rencor acumulado. Borracho, lo acepto, pero no como insulto,
no le hago mal a nadie, me emborracho por gusto. Un tarro de basura es como cualquier otro y si estamos incómodos es culpa de nosotros. Mi hermano que es muy original, me contaba, ayer, algunas novedades. Que está aburrido, por ejemplo, en el trabajo, que el sueldo no le alcanza para nada, que tiene un jefe desgraciado y una úlcera recién diagnosticada. Que se queda dormido, en la mañana, que el micrero lo deja botado, que las gentes lo empujan en el centro y, por culpa de ellas, se le ha hecho costumbre llegar siempre atrasado. Bendita sea la inocencia. ¿Y a usted, señor, lo empujan? ¿El tiempo le alcanza para todo? ¿Tiene tarro suficiente o es una basura, grande, metida ahí, de cualquier modo? Hasta cuándo va a aguantar. Míreme a mí. Aquí me tiene, señor, haciendo el loco, saludando a un tarro de basura en un amanecer, borracho y solo. Yo me pregunto, a veces, si estas manos que tengo ¿servirán para hacerle una caricia a un hijo, o verán, algún día, la suavidad de un beso? ¿Y mis ojos? ¿Sabrán mis ojos de amanecer distinto? ¿Lograré un mundo fuera de la oficina? ¿O moriré parado, una noche cualquiera, persiguiendo las sombras borrachas en la esquina. Por ejemplo…aquí está mi mano izquierda. Q W E R T. y luego la derecha. P O I U Y. Puedo recitar la máquina entera, y ¿qué vale la máquina? una miseria. Puedo recita a todos los poetas del mundo. ¿Y qué valen los poetas del mundo? Bueno… Puedo nombrar, incluso, a todos mis amigos. ¿Y qué valen mis amigos? un tumor, canceroso, en la mollera. En el mundo de hoy, colega, sólo vale usted y yo, que trabajamos, que tenemos ganas de subir, que no nos sentimos viejos ni gastados. Que si lloramos, un poco, cualquier amanecer por ahí borrachos, es quizás porque nos sentimos buenos, entre tanto ser humano malo. Yo quisiera que estuviésemos de acuerdo y saliéramos a bailar, con este canto, después de todo me tengo que ir, a casa, luego y será mejor discutir, con mi mujer, así bailando. La ra ra ra rai rai ra etc. Mañana mismo voy a poner la basura en otro tarro. Me voy comprar uno de acrílico, de color verde, un Señor Tarro, donde quepan, sin problemas, toda la familia, incluyendo los hijos, los perros, los nietos, los discos y los gatos. Y me voy a arrendar una…una…una mañana. Y me voy a comprar una tristeza. Y ojalá, si las cosas se me dan como yo quiero, a lo mejor el mundo puede ser, algún día, pura esperanza. La ra ra ra rai rai ra etc.