Aquel beso me supo a amargura
cuando te marchaste,
y en el alma sentí la impotencia
de saber que no
Volverías a ser lo que fuiste
porque me olvidaste
es inútil que quieras negarlo
fue cosa de dios.
Por qué tu me pagas así
si yo tanto te quise,
por qué me consuelas diciendo
que vas a volver.
Si en el alma te llevas la gloria
de quien te bendice,
es injusto que dejes mi boca
con sabor a hiel.