Hablado. Señoras y señoritas, jóvenes y caballeros, voy a iniciar este canto hecho con alma y esmero. Señoras y señoritas, jóvenes y caballeros, voy a cantar a una dama querida por Chile entero. Señora de las Señoras, reciba usté mi homenaje, que en nombre de los cantores humildemente le traje. Señora de las Señoras, ahora paso a saludarle y a pedirle, humildemente, permiso para cantarle. Canto. Doña Margó Loyola, tiene las manos de tierra, y en la frente una corona de flores y enredaderas. Doña Margó Loyola, tiene pañuelo de seda, y alas de gracia, en los pies, cuando nos baila la cueca. Doña Margó Loyola, tiene luna en las caderas, ojos de carbón de espino y sangre roja en las venas. Doña Margó Loyola, Señora entre las Señoras,
es dama en el gran salón y en el pueblo pobladora. Doña Margó Loyola, es china en la tierra huasa, pampina, en el Norte Grande y de su casa en su casa. Doña Margó Loyola, es chilota en Chiloé, isleña en Isla de Pascua y amiga mía y de usté. Doña Margó Loyola, por Arauco respetada, es reina en la Patagonia y allá en las tierras heladas. Doña Margó Loyola, no se apuna en las alturas, y anda, por la cordillera, y en buena cabalgadura. Doña Margó Loyola, aquí donde usté me ve, yo sostengo que en la patria las mozas son como usté. Doña Margó Loyola, me comienzo a despedir, he cantado, con respeto, las coplas de mi sentir. Doña Margó Loyola, le dejo, p'a terminar, el cariño de su pueblo y en este aplauso final.