Ciudad de mis amores, pueblo querido,
donde pasé mi vida pequeña y singular,
cuando me daba el alba su mágico sonido
y me contaba el río su cuento de cristal.
Tu plaza de colores, tardes y besos,
que se fueron quedando en tiempo que pasó,
sin noches, sin faroles, por culpa del progreso,
que se llevó consigo mi mejor ilusión.
Tu calle Miraflores, tus avenidas,
de tiempo dibujadas en piedra colonial,
y la familia Vásquez, con su casa sencilla,
me traen al recuerdo un vals sentimental.
Ciudad de mis amores, pueblo querido,
donde creció mi infancia junto al cerro Ñielol,
cuando una tarde, un día, me desafió el destino
al darme la fragancia de aquel primer amor.
Entonces la esperanza me llevó lejos
y deshice mi casa sin pensar en volver,
pero la vida, dura, y los viejos recuerdos
me enseñaron mil cosas que no quise aprender.
Ciudad de mis amores, hoy te recuerdo
madurado mi empeño, pero lejos de ti.
Cuando me viene al alma, todo mi tiempo bueno,
yo diera lo que tengo por encontrarme allí.
En tu avenida Bulnes, blancos domingos,
cualquiera de tus calles era la principal,
qué lindo andar tus plazas, brindarte mi cariño
y ver que te has vestido como una gran ciudad.
Qué lindo andar tus plazas, brindarte mi cariño,
y ver que te has vestido como una gran ciudad.