Si pudiera dejar de pensar.
Aunque me quede, aunque me
acurruque en silencio
en un rincón, no me olvidaré.
Estaré allí,
pesaré sobre el piso.
Soy, soy, existo, pienso luego soy; soy
porque pienso,
¿porqué pienso?
No quiero pensar,
soy porque pienso que no quiero ser,
pienso que
...porque ... ¡Puf!
La existencia es blanda y rueda y se zarandea,
yo me zarandeo, soy,
la existencia es una caída acabada,
no caerá, caerá, no caerá, caerá,
la existencia es una imperfección.
Expandirse: me duele la mano cortada,
existe, existe, existe.
¿Acariciar entre las sábanas blancas
desplegadas la carne desplegada que
cae otra vez, dulce,
tocar los trasudores florecidos de
las axilas,
los elíxires y los licores y
las florescencias de la carne,
entrar en la existencia del otro
en las mucosas rojas,
hasta el pesado, dulce,
dulce olor a existencia,
sentirme existir entre los
dulces labios mojados,
los labios rojos de sangre pálida,
los labios palpitantes que bostezan
todos mojados de existencia,
todos mojados de un pus claro
entre los labios mojados, azucarados,
que lagrimean como ojos?