En 1806, era el 16 de Enero, en la llanura, en Veraguas,
Cayó Cipriano Armenteros: así fue!
El pueblo se reunió a ver cuando el preso, regresaba
Escoltado por la tropa que Manuel Flores mandaba.
Algunos, viéndolo herido, de él, riendo, se burlaban.
Cipriano, en la memoria, sus caras fotografiaba.
Los hombres del bandolero al rescate se lanzaron.
Por Salsipuedes pasaron, quebrando la madrugada.
Emeterio y Pascual Gómez cabalgaban en vanguardia:
Medoro y Eliecer, al centro, Facundo en la retaguardia.
La banda atacó de sorpresa, al galope sus caballos.
El pueblo dormía, borracho; en Manuel Flores confiado.
Cuando acabó el tiroteo, quedó Armenteros salvado.
Así lo cuentan los viejos, así se fugó Cipriano.
Y tiembla la tierra, ¡se escapó Armenteros!
Dicen que anda buscando a los que de él se rieron.
En el pellejo de esa gente, hermano, estar yo no quiero!
Y tiembla la tierra, ¡se escapó Armenteros!
Las ventanas están cerradas, no se abren ni por dinero.
Todas las puertas trancadas con el cerrojo del miedo.
Y tiembla la tierra, ¡se escapó Armenteros!
Buscando la recompensa, llegaron del extranjero.
Y cuando vieron al hombre, los importados corrieron.
¡Ay, ay, ay, se escapó Armenteros!
¡Ay, ay, ay, se se fugó de nuevo!
En medio de la balasera, dice Cipriano, que Flores,
Cuando le miró la cara, ¡se mojó los pantalones!
¡Se escapó Armenteros, se fugó de nuevo!
Cabalgando invencibles sobre el tiempo,
Van Cipriano y su caballo "Flor de Viento".
Leyendas que hicieron nuestra historia,
Su fuego alumbrando nuestra memoria.