Unos ojos muy negros Van por el Prado, —¡ole catapum, pum, pum!— (bis) Van por el Prado, Y yo al ver su negrura Me he desmayado. (bis) —¡Ole catapum, pum, pum!— (bis) Traerme sales Y agua de mayo (bis) Para que vuelva pronto De mi desmayo, Que me han herido (bis) Unas pestañas negras Como el olvido, Y me han matado (bis) Los ojos de aquel hombre Que vi en el Prado. Bajando por el arco De Cuchilleros, —¡ole catapum, pum, pum!— (bis) De Cuchilleros, Me han besado los labios De un arriero; (bis) —¡ole catapum, pum, pum!— (bis) Y de besarme Luego he notado (bis) Que eran los mismos ojos
Que vi en el Prado. Me ha vuelto loca (bis) El beso que a traiciones Me dio su boca, Y desde entonces Está Petrilla Que pierde a cada paso La redecilla. La otra noche en el baile Me he columpiado, —¡ole catapum, pum, pum!— (bis) Me he columpiado Por culpa de los ojos De un embozado, (bis) —¡ole catapum, pum, pum!— (bis) Pues tras la capa, ¡qué coincidencia!, (bis) Estaba la sonrisa De Su Excelencia. Caray, señores, Qué maravilla, Que los corregidores Usen patillas, Para que luego, Tras el embozo, Confunda yo sus ojos Con los de un mozo.