Mi primo Joaquín González, Que era torero en Sevilla, Con faja de seda grana, Camisa de Holanda fina. Los muslos y el talle estrecho, Esbelto como una espiga, Y en el bronce de su cara, Lo blanco de su sonrisa. Tuvo amores con gitanas Y con señoras muy finas,
Le llamaban en el barrio La perdición de las niñas. Cuando montaba a caballo Se alegraban las marismas, Al toro por la lameda Con Joselito y Mejía. Mi primo Joaquín González, Que sin perder la sonrisa, Murió en un pase de pecho En la plaza de Sevilla.