Cuando ella nos sorprendió, Tú bajaste la cabeza, Cuando ella te preguntó, No supiste qué decir, Cuando descubrió mi ropa Y porque yo estaba allí, No se te ocurrió otra cosa que mentir. No dijiste la razón Que explicaba mi presencia, Solo tuviste el valor De decirme "vístete", Nunca supe que tú estabas Entregado a otra mujer, Mas tu cobardía me lo hizo saber. Nunca imaginé Que me iría de este modo, Por la puerta más pequeña de tu hogar,
Encendida de vergüenza Y tratando de encontrar Un lugar donde esconderme en la ciudad. Nunca imaginé Que me estabas engañando, Tus palabras me ocultaban la verdad, Prometiendo tantas cosas En tu afán de disfrutar De mi cuerpo y de mi alma una vez más. Yo pensaba que tu amor Era mío y solo mío, No te quise compartir Con ninguna otra mujer, Cuando supe que mentías, Cuando el juego terminó, Comprendí que no tenías corazón.