He llegado hasta tu casa, Yo no se como he podido, Si me han dicho que no estas, Que ya nunca volverás, Si me han dicho que te has ido. Cuanta niebla hay en mi alma, Que silencio hay en tu puerta, Al llegar hasta el umbral, Un candado de dolor, Me detuvo el corazón. Nada, nada queda en tu casa natal, Solo telarañas que teje el yuyal, El rosal tampoco existe y es seguro, Que se ha muerto al irte tú, Todo es una cruz. Nada, nada más que tristeza y quietud, Nadie que me diga si vives aun, Donde estas para decirte, Que hoy he vuelto arrepentida, A buscar tu amor.
Ya me alejo de tu casa, Y me voy, yo ni sé donde, Sin querer te digo adiós, Y hasta el eco de tu voz, De la nada me responde. En la cruz de tu candado, Por tu pena yo he rezado, Y ha rodado en tu portón, Una lágrima hecha flor, De mi pobre corazón. Nada, nada queda en tu casa natal, Solo telarañas que teje el yuyal, El rosal tampoco existe y es seguro, Que se ha muerto al irte tú, Todo es una cruz. Nada, nada más que tristeza y quietud, Nadie que me diga si vives aun, Donde estas para decirte, Que hoy he vuelto arrepentida, A buscar tu amor.