Tango
Recien lo comprendo,
tengo tibio el hombro,
de tu pelo lacio,
madrugado a besos,
y una pena sorda,
que me crece adento,
de esperar en vano,
por otro regreso.
dijiste,!ya vuelvo!,
y los ojos mansos,
se te humedecieron,
por que en tanto tiempo,
uno corre sueños,
madura esperanza,
y cuando la alcanza,
ya tiene un recuerdo.
bis
Asi, que esta noche,
siguiendo el latido,
de mi corazón,
te pido que vuelvas,
para que charlemos,
de aquel casi amor,
y me des el gusto,
como a buen amigo,
de decirte!adios!,
acaso, charlando,
podremos mi vida,
hacer que nos duela,
que nos duela menos,
menos, esta herida,
que sangra en los dos.