Un bandoneón
con su resuello tristón.
La noche en el cristal
de la copa y del bar
y del tiempo que pasó...
Mi corazón
con su borracha emoción.
Y en otra voz, la voz
de la historia vulgar,
dice mi vulgar dolor...
Mariposita,
muchachita de mi barrio,
te busco por el centro,
te busco y no te encuentro,
siguiendo este calvario
con la cruz del mismo error.
Te busco porque acaso
nos iríamos del brazo...
Vos te equivocaste con tu arrullo
de sedas palpitantes,
y yo con mi barullo
de sueños delirantes,
en un mundo engañador.
Volvamos a lo de antes!
Dame el brazo y vámonos!
Ni vos ni yo
sabemos cuál se perdió.
Ni dónde el bien, ni el mal,
tuvo un día final
y otro día comenzó...
Yo bebo más
porque esta noche vendrás.
Mi corazón te ve;
pero habrá que beber
mucho... pero mucho más!...