En el naipe del vivir,
suelo acertar la carta de la boca
y a mi lado oigo decir,
que es porque estoy con una suerte loca.
Al saber le llaman suerte,
yo aprendí viendo trampearme
y ahora solo han de coparme,
cuando banquen con la muerte.
En el naipe del vivir
para ganar, primero perdi.
Yo también entre a jugar
confiado en la ceguera del azar
y luego vi que todo era mentir
y el capital en manos del mafir.
No me crees, te pierde el corazón,
que fe tenes, sabes que no acertas,
que si apuntas a cartas de ilusion,
son de dolor las cartas que se dan.
No me envidies si me ves acertador,
pues soy el desengaño
y si ciego así perdes,
es que tenes los lindos 20 años.
El tapete es la esperanza
y a pesar de lo aprendido,
si me dan lo que he perdido,
vuelve a hundirme la confianza.
Suerte los que conservas una ilusión
en tanto penar.