(1)
La mesa de un café
era el punto de reunión,
templábamos los tres
en el naipe nuestro humor.
Diez años fueron nuestros
marchando como amigos,
diez años son testigos
de muestras de valor.
Y fue más de una vez
que al llegar a algún salón,
soplaron por los tres
vientos de provocación.
Diez años que nos vieron
juntos por la misma huella
confiados en la estrella
que nos acompañó.
(2)
Hubo una vez
un nombre de mujer
nombre fatal
danzando entre los tres.
Cuando llegó,
vio que acechaban su camino
tres voces y un cariño,
entonces se marchó.
Con su visión
quedó de aquella vez
un resquemor
danzando entre los tres.
Para olvidar
estas cosas del pasado,
ansioso voy buscando
la mesa de una café.
(3)
Supimos respetar
en diez años nuestra unión
viviendo cada cual
su romance de ocasión.
Romances de una noche,
cariños apurados,
romances que acabaron
sin pena ni rencor.
Lo malo es que los tres
nos hicimos la ilusión,
de que era la mujer
que una vez nos manda Dios.
Por ella tracionamos
la amistad de tantos años,
después nos engañamos
y todo se acabó.
Repite estrofa (2)