Loco
torbellino
que me agita
con palabras
que giran
dentro de mí...
Giran
y respiran
y deliran,
y me ahoga
la ira
de estar así...
Qué ley brutal me sentenció a llevar
este dolor acorralado en el silencio,
si oigo
que me nombran
tus recuerdos
la sombra de una canción.
Cuánto daria por saber cantar
toda la pena de mi corazón,
para decirte con mi canto
que aquel ayer
debe volver...
Pero no puedo, y voy buscándote
con una pausa de resignación
para formar nuestra casita
con tus cuitas y mis cuitas,
con todo nuestro amor.
Rabia
de ir rodando
y esperando
que retornes
llorando...
Todo el ayer
siento
por el cruento
fuego lento
que se aviva
sediento
de tu querer...
Por qué no hilvana este dolor de mi voz
si me revuelco en un rincón del pensamiento
y hace
mi esperanza
de agua mansa
que suaviza
la farsa
de la ilusión.