La vi llegar
- caricia de su mano breve -...
La vi llegar
- alondra que azoto la nieve -.
Tu amor, puede decirse, se funde en el misterio
de un tango acariciante que gime por los dos.
Y el bandoneon
- rezongo amargo del olvido -
lloro su voz
que se quebro en la densa bruma.
Y en la desesperanza,
ten cruel como ninguna,
la vi partir
sin la palabra del adios.
Era mi mundo de ilusion
- lo supo el corazón
que aun recuerda siempre su extravio -.
Era mi mundo de ilusion
y se perdio de mi,
sumiendome en la sombra del dolor.
Hay un fantasma en la noche interminable,
hay un fantasma que ronda en mi silencio:
es el recuerdo de su voz,
latir de su canción,
la noche de su olvido y su rencor.
La vi llegar
- murmullo de su paso leve -...
La vi llegar
- aurora que borro la nieve -...
Perdido en la tiniebla, mi paso vacilante
la busca en mi terrible camino de dolor.
Y el bandoneon
dice su nombre en su gemido,
con esa voz
que la llamo desde el olvido.
Y en este desencanto brutal que me condena
la vi partir sin la palabra del adios.
La vi llegar
y en la distancia se perdio.