A veces sopla un viento triste y frío los días son igual que una condena de noche se oyen voces que murmuran un nombre donde sólo hay silencio. Si cruzas por aquí, sé precavido si alguien te sale al paso no le des la espalda es bueno hallar con quien hablar, a veces pero es mejor callar cuando es preciso. No sueñes con el final del camino pues ya, maldita sea, otros aguardan para tomar su parte y ganarte la mano sin moverse del sitio. La vida en la frontera no espera
es todo lo que debes saber. Hay hombres con miradas que fulminan como el rayo penetra en carne viva si matas generas un espectro que siempre ya persigue y acecha. Bailan las mujeres en la hoguera desnudas, con el rostro cubierto aquella que concibe tu hijo también acaba con las voces de lo incierto en ti. Si tienes que jugártelo a una carta ve de cara al decir tu palabra pero antes de que el eco la repita Dios y el diablo te ayuden a estar lejos.