Hay, madre, una ciudad,
Grande y otra vez grande,
Que por las noches se abre
Tibia y de par en par.
Sobre cada pared,
Hay, sabes, tanto mundo,
Tanto ángel taciturno
Donde enviudar de sed,
Y donde el verbo oscuro
Se declina en la piel.
Hoy, jueves que escogí
Para prosar mis versos,
Siento que se me ha puesto
Lóbrego el presentir.
Hijo, dirás, en fin,
¡cuánto te has puesto viejo!
Y juzgarás de lejos
Mi singular perfil:
Sin vino y sin sombrero
Este quince de abril,
César Vallejo ha muerto
Un jueves y en París.