Los momios andan llamando
al paro y la sedición,
por más que los momios llamen
no se para la cuestión.
No se para, no se para,
¡ay! qué desesperación.
No se para, no se para,
no se para la cuestión.
Armaron un movimiento
con mucha dedicación
y en el último momento
no se para la cuestión.
Si no me la puedo solo
-dice el momio socarrón-
tal vez con el miguelito
ahí se pare la cuestión.
Los miembros del gremialismo
usaron hasta al traidor,
de nada les ha servido:
no se para la cuestión.
El pueblo ya ha contestado
con firme resolución,
el momio se va cortado y
no se para la cuestión.